miércoles, 14 de diciembre de 2016

" el tiempo que se escapa corriendo como agua entre las manos"

Me pregunto que trama el mundo, o más bien, mi cabeza, cuando precisamente recuerdo una anécdota curiosa, y coincide el día.
Después de tanto tiempo te preguntas cómo es posible casi estarlo viendo. Y te das cuenta que con el tiempo eso es lo que ocurre, que ya no eres protagonista, eres un espectador. Esa persona que antaño hizo cosas tan poco racionales, eras tú, y te hace casi gracia y a la vez vergüenza darte cuenta de que aprendí después de miles de errores.
Pero al fin y al cabo, cuando ni si quiera quedan cicatrices, tan solo marcas, abres los ojos y ves la luz a  través de las ramas de árboles encantados. Y como siempre, al girarte una última vez para ver cómo todo eso queda atrás, te  das cuenta de que lo único que te llevas es lo mejor de todo aquello... Los momentos felices. Y realmente piensas, después de tanta, pero tanta mierda, que sólo quede lo feliz, te hace reflexionar. 
Vuelves a mirar hacia delante, soltando la bolsa que ... Cuán grande es, y te llevas solo una marca en el corazón que brilla y reluce. Ya estas lista, ya puedes aventurarte en otras grandes montañas, en otros cielos abiertos, en otros ojos fulminantes , en otra lengua cálida, como ya has hecho.
Y todo eso, no causa pena, ni dolor, ya no hay rencor, ni hay tristeza, ni si quiera culpa, ni resentimiento, porque ya pasó.
Los senderos se abren, se dividen, se achican, se entrelazan, pero no vuelven a ser uno, y si llegara el momento en el que se cruzaran,  no habría ni saludo tal vez, pero si, desde mi cariño, aprecio.
Aprecio porque cuando se hacen las cosas mal, y el agua te relame las heridas sin darte cuenta hasta curarlas, la felicidad de recordar una sonrisa a la que quisiste, es más grande que todas las cosas putrefactas y venenosas que quedaran. Si es que quedaba algo.
Me río porque han pasado cosas tan estúpidas, que yo creo que la vida te aleja de todo ello porque encerrada en un círculo vicioso en el que no distingues si realmente el problema es que no sabes o no quieres salir, no se puede respirar.
Después de todo, sonrío, porque aunque no sé qué será de su sendero, si está bien, o si está mal, y aunque lo supiera no me dejaría ni acercarme, ni intentar ayudar... Sonrío porque sé que llegará muy lejos donde quiera que esté, y que encontrará su paz y su calma, porque es un luchador innato.
Lo recuerdo y sé perfectamente de que si nos lleváramos, nos llevaríamos a matar, y eso me causa gracia, porque, vaya... Creo que no puedo seguir escribiendo, parece fácil después de  tanto tiempo, y no hay dolor, pero cuando recuerdas algo asi, que está tan profundo, las garras de quien sabe qué afloran para  intentar llegar a dónde estás. Más simple; el resto de cenizas acuden para manchar un recuerdo, y no quiero eso.
En pocas palabras, hoy acudió a mi cabeza un recuerdo, y apresuradamente agarré el móvil pensando que me había olvidado de esa historia que además hace no tanto que conté por última vez, y resulta que no.
Y creo que con todo eso, ya es suficiente para hacerme saber que... En fin.
Que eso.