sábado, 9 de junio de 2012

viernes, 8 de junio de 2012

Cuando amor no muere, y ganas retienen.

Palpitan las agujas del reloj encendidas , no es ira, ni furia, es algo que hay que sentir, para no sentir nada. 


Avanza y siempre igual, la fina vida tiende de un atolondrado tic-tac, que continúa por un sendero de líneas paralelas, sin bifurcaciones. 
Sólo horas frías, lejanas, cada vez más.. el aliento del suspiro que sacia la boca seca, y el cuerpo con ganas de ti. 
El olvido acude con la aguja de la hora , lento , pero siempre llega. El recuerdo se esfuma con la pila agotada.


Y si se rompe, o moja, será porque con lágrimas se ha forzado su avance, y quedará la marca, si no vuelves a andar, desde el principio. 


No hay principio sin fin, ni fin sin empezar de 0.

lunes, 4 de junio de 2012

que verdad..

Estoy segura de que te ha pasado eso de estar pensando en alguien todo el puto día, y que hasta el más mínimo gesto que hace , te encante, si ese malestar continuo de desear y no poder. 

¡NO!, no te equivoques, es más que deprimente, mucho más que asqueroso, repugnante y estresante. 
Y es cuando te aferras al, Todo es posible.
¿Y qué haces? Seguir en esa delirante atadura sin cabos, o vaciar la maleta sentimental y dejar que todo fluya desde cero?

domingo, 3 de junio de 2012

cero.


Será que el mundo es más grande de lo que parece... Pero sólo cuando estas buscando a alguien. . Y qué pequeño cuando no buscas nada, porque encuentras lo que un día buscaste.

Es decir, cuando algo duele, salimos a la calle en busca de la opción que no duela tanto, pero no encuentras nada, más que calles llenas de gente, pero vacías para ti. Supongo que será que todo se basa en lecciones, y a base de superar cosas vamos creciendo, y cuando la vida cree que ya lo tenemos superado, te pone a prueba. . .

Un día sales de casa tranquilamente, pensando en nada interesante, quizás sales a tirar la basura, o andar un rato, da igual el motivo.

Sales, y de repente, sin venir a cuento, ves una espalda conocida, y seguidamente  se te cae el alma a los pies, o incluso más abajo.

Y en ese momento es cuando te das cuenta de que no duele. Que esa herida no supura.
Pero también se da el caso, de que incluso duele más, al ver, que no lo tenías tan superado como pensabas, y otra vez a empezar de cero.

En el trayecto que recorremos hasta descansar en paz no hacemos más que empezar, siempre, de cero. Y cuando queremos ahorrar trabajo, y empezar desde dónde nos habíamos quedado, nunca trae buenas consecuencias.

Todo es vivir a base de pruebas que vas consiguiendo con hazañas memorables.