Hoy somos tu y yo sentados en un banco. Ni con mucha distancia ni con poca. Nuestras sombras de hoy, son los fantasmas del ayer que vienen al mañana. Nuestras sombras son la perfeccio. Tu sombra, perfecta. No voy a olvidarme de ti mirando al infinito con miles de pensamientos tan unidos, que se transforman en nada, y se quedan en uno, mientras mi coleta ondeaba con el viento, y sonreía pensando en cosas tontas. Algún día volveré a alguno de todos esos bancos en los que somos uno. A todos esos bancos en los que reías de cosquillas, en los que te reías incluso de mi, en los que me contradecias todo y me ensañabas.... esos bancos en los que compratimos palabras y mucho más que todo.
Llega un momento de silencio y concentración con los ojos cerrados. Y en los que el corazóm se acelera, estss inquita, poraue ya no ssbes donde más esconder las ganas de eso que eres tu. Así , tal cual, no hay más, llego a necesitarte. Llego a necesitar tus ojos, tu boca y el eterno sabor de ti. Llego a necesitar que ese momento sea eterno.
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