Y todo cayó. Las agujas del reloj, se esfumaron. Los besos se reprimierón. Las manos no tocaron. La lengua no saboreó. Las miradas se desvíaban. Pero... ay, el ritmo cardíaco.. ese,delata hasta a la roca más dura. Ese latido si que habló, no calló en todo el día. Ese latido avanzó, besó, tocó, saboreó, miró, observo y se mantuvo agitado e incontrolable. Este loco corazón ya no entiende de razón, ni de cualquier otra cosa que no sea tu presencia.
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