El destino me mira con ojos lujuriosos, me mira con capricho...que señal es esta? me está dando un regalo perdido? O se está riendo de mi?
Yo sigo andando. Mirando a la nada. Entre humo de colores y turbias sombras distingo algo, colores se camuflan queriendo dibujar un arcoiris... espejismos de manos, de caricias.. espejismos de nada.
Cuántas veces voy a tener que salir corriendo de la misma costura?
Me quedé en palabras de esperanza, enredada en el hilo de sus ojos.
Cómo se alternan las masas, que no? Es cómo cuando estas jugando a este juego de cartas, en el cual, las dos partes tiran una carta cuyo número no saben, y si coincide con el que están diciendo, el último que ponga la mano encima se lo lleva todo... bien.. fuimos acumulando esencias, y al final, llegué tarde. Siempre tarde.
Me quedé abajo, pequeñita. Cargando con el doble de lo que tenía, sólo por haber sido lenta.
Es como nadar en un augurio. En el cual percibo que la salida está constantemente en escapatoria...
Todo fluye dijo Heráclito.
Así que dejemos que esto se adentre, que duela, y que perfore.. quizás ya sea, la última vez, que me toque recoserme.
Qué sentimiento más altivo.... que temblor en la abdominal al sentirte cercano.. que estupor.
¡oh, que vida más perra!
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