Imaginemos que no conocemos A Coruña y que estamos en el paseo marítimo.
Empezando desde el rompeolas, andamos en dirección a la torre de Hércules... tranquilamente..
Al cabo de un rato delante sólo ves nubes... todo oscuro.. sin embargo, si te giras y miras hacía atrás... ves toda la ciudad llena de luces.. increíble y preciosa..
Comienzas a preguntarte que, por qué te ibas a alejar de algo tan precioso como lo que estas viendo, para ir solo donde hay oscuridad.
Muchos pensarían que ya no hay nada más que ver, así que cambiarían de camino y de dirección.
Otros, si continuasen alejándose cada vez más de esa ciudad tan llena de luces, se encontrarían con una luz.. la luz del faro. ( la Torre de Hércules.)
Y seguramente se dirigirían a ella...
Continuarían andando y verían en sí la construcción sobre la cuál se haya la luz... y subirían la torre para estar más próximos a ella.
Al llegar arriba, mirarán con entusiasmo y con increidibilidad todo lo que están viendo... han tenido que alejarse para ver todo lo que es en sí. Todo aquello que fueron dejando atrás... ahora tiene más sentido. El camino que siguieron,lo que andaron, la luz que les iluminó,las escaleras que subieron ...
Tan grande desde abajo, y tan pequeña y magnífica desde arriba...
Entenderán que ellos son menos que un grano de arena en el universo.. pero que hay que probar, intentarlo, arriesgar.. para llegar al cielo. Que la verdadera realidad es que pueden llegar a ser muy grandes, y que para ver las cosas hay que alejarse de ellas, todo tiene un por qué ... y partiendo de esa base sigue adelante.
Porque por muy insignificante que creas ser, lo que llevas dentro... no se puede medir.
Precioso, me han entrado ganas de visitar A Coruña.
ResponderEliminarJajajajaja me alegro mucho de que me leas y te guste ^^ jajajaja coruña es increíble...
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