Realmente no es que fuera mi intención matar a mi marido pero no tuve elección
...
Lo decidí la última vez que llegué a casa; nada más abrir la puerta, estaba todo oscuro. No se escuchaba ni un alma, ni tan si quiera un leve respiro. Todo oscuro y silencioso. Lo primero que dije fue lo de siempre, con la esperanza de encontrarme con alguna sorpresa distinta a la de todos los días:
- Ya estoy en casa... - y seguido, con el tono más bajo de voz con el que puedo llegar a expulsar palabras añadí - ... y como siempre, tu nunca estas.
Mi vida, realmente, era idónea. Un buen trabajo, una casa grande y acogedora, la cual podría darme el lujo de bañar en oro si quisiera, gracias al esfuerzo con el que he labrado mi futuro, día a día, peldaño a peldaño. Mi marido, siempre fue un gran hombre; atento, amigo de sus amigos,e indiferente con sus enemigos. Cariñoso, amable, sereno, tranquilo, templado, loco a veces, desquiciante otras, pero siempre contento, alegre... solidario, empatizaba con todo el mundo, y se apiadaba de una forma lejana pero, eficaz paro quiénes necesitaban ayuda.
A veces pienso si realmente fue lo correcto quitarle la vida, éste valía la pena. Aunque enseguida dejo de plantearme si fue o no lo mejor, ya que hecho está.
Siempre me dejaba sola. Siempre tenía a alguien más importante que yo a quién ayudar..
- Dónde vas?
- Me han pedido ayuda para realizar un trabajo en la oficina, que el pobre becario no se aclara con los números.
- Volverás pronto?
- Si, lo antes posible. - Y tal cual acababa la frase, tal cuál cogía todo y salía de casa, eso sí, no sin antes darme un beso en el lado derecho de la frente.
Le maté por soledad y necesidad. Le necesitaba tanto, y nunca estaba. Aunque el tiempo que estaba con el, valía más que el de nadie. Pero a veces, ya ni me miraba. Recuerdo que al principio solía ser yo quién estaba ocupada, y cuando me di cuenta de que estaba dejándolo demasiado de lado, allí fui,a arriesgarlo todo. A sacar tiempo de dónde no tenía, y a sacarle sonrisas incluso teniendo que regalarle las mías... y todo era bello, y bonito, hasta el punto en el que le necesité más que a mí. Pasó el tiempo, y fue el quién ya no tenía necesidad ninguna de mi. Y yo no supe como evitar no depender de él. Así que, bueno, ahora está muerto... y muerto el perro, se acabó la rabia.
Me dirijo camino al ábside de la iglesia, con un ramo de flores en la mano. Subo los peldaños , me levanto el velo y dejo el ramo bajo la foto que había enmarcada y al costado del jarrón con las cenizas.
Recoloco el velo y mientras bajo de ahí, comienzo a ser consciente de la cantidad de gente que había; sentados, de pie, en la parte de arriba, en los lados, en los costados de la puerta de entrada,gente apretujada en los bancos de la iglesia.. por todas partes... y sin embargo, ni un murmuro, un silencio aterrador, tanto como el que sentía cuando llegaba a casa y no estaba él.
Estuve un largo rato mirando a todas aquellas caras, habían personas de todo tipo... de un montón de edades.. pero mi cara se paró justo en una mirada, en unos ojos que yo ya conocía demasiado bien, pero que éstos no me miraban a mi. Volví a mi sitio en la tercera fila, y me senté a escuchar la carta de despedida que había escrito.
Recoloco el velo y mientras bajo de ahí, comienzo a ser consciente de la cantidad de gente que había; sentados, de pie, en la parte de arriba, en los lados, en los costados de la puerta de entrada,gente apretujada en los bancos de la iglesia.. por todas partes... y sin embargo, ni un murmuro, un silencio aterrador, tanto como el que sentía cuando llegaba a casa y no estaba él.
Estuve un largo rato mirando a todas aquellas caras, habían personas de todo tipo... de un montón de edades.. pero mi cara se paró justo en una mirada, en unos ojos que yo ya conocía demasiado bien, pero que éstos no me miraban a mi. Volví a mi sitio en la tercera fila, y me senté a escuchar la carta de despedida que había escrito.
" A veces me pregunto cuál sería la mejor manera de despedirse de alguien a quién quieres, y no la encuentro. Cómo te despides de momentos inolvidables y de palabras cargadas de tanto sentimiento que has ido escuchando a lo largo de tantos años, tan sinceras, tan llenas de cariño y de amor puro. Un amor que con cariño, como el de mi madre me decía ' buenas noches', o un amor lleno de amistad, como las de mi mejor amiga cuando me decía ' confía en mí ', o un amor.. tan sincero como el de mi marido cuando me decía ' eres la única' ... Puede que me aleje, y no me veáis,
pero nunca estaré tan lejos como dónde pensáis que iré, simplemente porque nunca sabré decir adiós a personas que me lo han dado todo, sin pedirme nada a cambio.
No olvidaré ese café caliente que me esperaba en el bar de abajo todas las mañanas en el bar de la esquina de mi calle, ni los 500 partidos de fútbol que me ha contado mi shofer, tampoco las mil y una sonrisas que he visto y con las que he disfrutado en el bar de Marita junto a todas esas bellezas que me tocaron como amigas...
Por favor, no os preguntéis por qué me voy, y por qué tuvo que ser así, disfrutad de la vida todo lo que podáis, para después poder contarme vuestras peores pesadillas, y decirme que conseguisteis vuestro mayor sueño.
Me tomaré la molestia de pediros un último favor; nunca os abandonéis como hice yo. Gracias por todo"
No olvidaré ese café caliente que me esperaba en el bar de abajo todas las mañanas en el bar de la esquina de mi calle, ni los 500 partidos de fútbol que me ha contado mi shofer, tampoco las mil y una sonrisas que he visto y con las que he disfrutado en el bar de Marita junto a todas esas bellezas que me tocaron como amigas...
Por favor, no os preguntéis por qué me voy, y por qué tuvo que ser así, disfrutad de la vida todo lo que podáis, para después poder contarme vuestras peores pesadillas, y decirme que conseguisteis vuestro mayor sueño.
Me tomaré la molestia de pediros un último favor; nunca os abandonéis como hice yo. Gracias por todo"
Mi hermano cerró el sobre, con los ojos empapados en lágrimas de cocodrilo, y lo posó sobre el jarrón que debería llevar mis cenizas. Bajó las escaleras y se sentó a mi lado.
El cura, acabó el sermón, y las personas comenzaron a levantarse de sus sitios y dirigirse hacia la puerta dónde se encontraba mi marido, dolorido y hecho polvo, dando la mano y recibiendo abrazos de todas las personas a las que querré por siempre, y a las que puedo decir, que considero de lo más bonito que hay en este planeta.
Llegó el turno de mi hermano, que fue el último en salir y cuando le dio el pésame con un abrazo, añadió con un susurro imperceptible " ella lo sabía", se apartó de él, y se dirigió a su coche, en el cual me encontraba yo desde hace un rato al haber salido por la puerta de atrás de la iglesia.
Cuando abrió la puerta del copiloto, echó un último vistazo a la iglesia dirigiendo la peor de las miradas a la becaria que se encontraba sentada en un banco blanco, al lado de la iglesia,con las manos en la tripa que ya comenzaba a asomarle.
Llegó el turno de mi hermano, que fue el último en salir y cuando le dio el pésame con un abrazo, añadió con un susurro imperceptible " ella lo sabía", se apartó de él, y se dirigió a su coche, en el cual me encontraba yo desde hace un rato al haber salido por la puerta de atrás de la iglesia.
Cuando abrió la puerta del copiloto, echó un último vistazo a la iglesia dirigiendo la peor de las miradas a la becaria que se encontraba sentada en un banco blanco, al lado de la iglesia,con las manos en la tripa que ya comenzaba a asomarle.
Antes que abandonarme a mí, mato lo que me queda de ti.
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