Dile al corazón que se calme y que respire, que se tumbe y duerma, que hiberne, que se encoja y se haga pequeñito pequeñito, que antes de romperse se esconda, y descanse para lo que viene. Que coja fuerzas de dónde pueda, y que intente no quebrarse más, por favor, y que duela, pero que no me destroce. Por favor.
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