Imagino que con el tiempo la gente va cambiando, y va aprendiendo nuevas cosas.
Al igual que va cargando cosas nuevas, va perdiendo otras...
Y qué mal perder que tengo!
No sé si todo lo que tengo, lo cambiaría por lo que se está yendo... imagino que no, pero joder.
No me di cuenta de lo que realmente valía la pena. Me olvidé de que no todo lo que reluce es oro. Dejé que el aire se alejara, y ahora me quedo a veces, sin respiración.
Detoné una bomba y mientras empezaba la cuenta atrás, fui a esconderme detrás de un roca, y poco antes de que estallara salí corriendo para apagarla, y ... vaya si estalló.
Hice cosas sin pensar que los resultados dolerían tanto, que me volverían a dejar rota.
Después de todo lo vivido y aprendido, crees a veces que eres invencible, y que la indiferencia se llevará por delante a todo lo que te cause dolor, y no, no es así.
Los sentimientos son algo que ni con el tiempo aprendes a controlar. Me di cuenta de que cuando algo me duele tanto que me ahoga, la parte de mí que había dejado enterrada, resurge como si no me hubiera costado años guardarla, y lo mancha todo. La parte tormentosa, el huracán que llega sin avisar, el viento que arrasa con todo, ahí está mi temperamento de arrasar con todo lo que me importa delante de mí, y lo dejo fluir, porque no sé frenarlo.
No sé buscar la salida cuando no veo la luz. Y me hundo, tan adentro, que caigo en un mar de sentimientos locos, que vinen y van, en una inestabilidad emocional que me destroza el alma, y me parte el corazón.
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