viernes, 17 de mayo de 2013

Ese

El amor se agota, se pierde, se esconde. El amor se ejecuta, se mutila, se decapita, se precipita. El amor de tuerce, se congela, se retuerce, se esfuma. El amor se crucifica, se corta y se sangra. El amor se duele y se entorpece, se rompe y se derrama, se envenena , se escapa y se huye. Es malo, traicionero, fugaz y estrellado. Es vomitivo y repulsivo. Es engañoso, dividido y sentenciado a acabar, y siempre mal. 
Ese amor que todos conocemos, que no deja de tropezarse en tu camino. 

Sin embargo, si hablamos de Amor, ese que sólo se presenta una o como mucho dos veces, ese que te envuelve, ese Amor que se siembra, se cosecha, se cuida y fortalece. Ese Amor es bondadoso, trabajado, lento, cariñoso, ese Amor que actúa con empatía. Ese que seduce con miradas y se agranda con sonrisas. Ese Amor que calienta, amansa a cualquier felino incauto, ese mismo en el que da igual cuanto tiempo se viva, y como se intente olvidar, y apagar. Ese Amor eterno, que viene, llega y se queda contigo y jamás se mueve de tu lado, ni de tu cabeza... Ese Amor que ensancha el corazón. 

A todo le llamamos amor, al igual que se mira uno al espejo, y dice verlo todo , pero ,más ni se percibe un octavo, de todo lo que es el ser humano. 

El Amor se encuentra, cuando aprendes a Amar con el amor. 


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