Se miraron sin conocerse de nada
Se miraron y supieron que nunca se conocerían en este mundo.
Se cruzaron como se mira cualquier cosa.
Ella levanto algo la comisura de los labios. Y él pasó serio o embobado.
Simplemente se cruzaron, y porque ella levantó la comisura de sus labios. Él, al acabar de ver su rostro, hizo lo mismo.
Dirán que sólo las enfermedades son contagiosas.
Patrimos con el alma en popa. O eso quería creer. Dispuestos a todo. Contra todo. Cada uno por su parte. Que vengan los recuerdos que con mi hacha derribaré más de un cimiento, arrancaré más de una raíz, machacaré más de siete pares de alas. Pero sobre todo con el filo no me dejaré girar la cara.
Partí creyendo que barrería el viento las agujas caídas de los relojes que para dejar de avanzar, se suicidaron. Pero no fue así. Los relojes seguían latiendo. Sólo uno de los más fuertes quedó atado a una estrella fugaz. Sólo uno pervivió congelado en una fogosa sonrisa. Lo recordamos con tristeza, era un gran reloj, fue un gran aliado, y nos hace rabiar que no pudiéramos evitar que se quedara creciendo en esos momentos. Y lo que más rabia me provoca a mí, es no poder arrancarlo porque lo conozco.. Y jamás mataría algo así.
Partí con el cielo preparado para brillar. Pero que algo esté empezando no quiere decir que su camino vaya a ser recto y fácil. A veces hay cosas que simplemente nunca se dejan de preparar.
Partí compuesta.
Más tarde volví desenfilada. Volví con arañazos en la espalda. Volví en el mismo barco de papel que un día me vió partir. Volví con la misma mirada. La misma forma de andar.
Volví con los engranajes cojeando.
Pero ya estoy lista, como tantas otras veces, para partir de nuevo. Para afrontar como vuelvo perdida. Como cuando volví hecha un asco de echar de menos.
- Cuánto tiempo ha pasado desde tus últimos errores?
- Muy poco tiempo padre..
- A qué se debe tu recaída en el mismo foso?
- A qué ese piedra mueva dónde me mueva, está ahí.
- Y por qué no miras a otra parte?
- Porque no soy capaz
- Claro que lo eres. Esa piedra lo hace. En realidad tú qué ves de ella? Su cara, o su espalda?
- Quién sabe padre.. Quién sabe..
Es mucho decir que se me cae el mundo cuando te tengo cerca? Es mucho decir que te odio? Es mucho decir que ya no puedo estar bien si tu no estas protagonizando mi sonrisa. Para qué habré vuelto a sentir mariposas, por qué revivieron cómo el fénix, para qué las doté con esa cualidad? No quiero esto, no quiero sentir esto... Soy una cosa manipulable y débil, que se muere por un beso tuyo, y se desvive por acabar con tu existencia en ella. Tengo miedo. Me aterran los finales. Me aterra tu final. Me aterra el futuro sin ti.... Me aterra el presente contigo. Seré miedosa y no podré reprimirme más....
Me desvanecería en tus brazos, volviendo a amarte, volviendo a latirte. Me desvanezco en mi flaqueza. Me estoy rompiendo en esperanzas que quiero mutilar, pero que siempre, siempre me ganan esta partida de negación a lo inmaterial. No quiero escribir bien. No quiero nada que en lo que no estén tus manos. No quiero que mi cuerpo se muera de hambre. Que mi corazón se ahogue de pena sin el tuyo. Y no es que no quiera que el fibal aparezca, es que me duele que no haya llegado, y me duele más saber que lo esperas.
Simplemente... Me finalizaste en tantas bocas, a las que acudieron recuerdos para salvarme... Salvarme o mantenerme viva? Y para qué manetner vivo un ideal?
Espera a tu corazón, pero duelvuélveme el mío, y déjame amar. No cuentes conmigo para esto. Yo sólo soy ideas tuyas. Yo sólo te escribo. Yo sólo... Soy.
