La Llueve. Y llueve mucho. Me ha caído la borrachera como una tormenta de agua fría cuando el frío corroe todos los poros de la piel. Se ve el mareo que oculta la realidad. Esa que dice que podría estar sentada en un banco, viendo diluviar, y tu no acudirías. Esa que dice que no vas a volver. Esa que cuenta en susurros que en realidad, todo fue mentira.
La lluvia cojea y me cuenta que todo fue tan frágil... Que todo fue un simple mal sueño.
A veces, soñar del revés, en un mundo que no tiene antónimo, es como abrir los ojos al despertar y saber que no voy a volver a enrredar las manos en tu pelo.
Sigue lloviendo. Y sigue. Y sigue. Y cae con fuerza. Cae retumbando en crital. Un cristal tan débil, que se deja abatir por las gotas. Una almohada tan sensible, que absorbe la lluvia.
Queria Camyla:
ResponderEliminarLo aparentemente incoherente de tus palabras encierra un significado oculto que sin duda resulta de unas fascinación romántica y trágica a un mismo tiempo. La lluvia podría acogernos mas de una vez en su seno para esconder las lágrimas que queremos dejar salir en medio de una cortina de humo líquida... sin duda lo que escribes es de una profundidad y belleza pocas veces vista...
atte: un humilde caballero de largo cabello y tertuliano del Amarante.
No lo había leído!!! Muchas gracias... Ayyyyy!!!!!
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