(2014)
I
La dama de pelo caoba acercó su cabeza al cuello del marinero y la acomodó en su hombro. En aquel lugar no estaban más que ellos dos. Eran personas muy diferentes, ya no solo por el carácter, si no que por su estatus social. En aquellos tiempos era raro que una campesina hubiera captado la atención de un marinero que surca mares, y conoce damas día si, y día también. Probablemente si alguien les hubiera visto habría confundido por ignorancia o celos, a aquella campesina con una prostituta. Pero no, no era así.
El marinero , cuyos ojos cambiaban de color continuamente, de marrones a verdes, y de verde a grisáceos, enredó sus manos en el cabello de la campesina y seguido, agachó la cabeza y su rostro comenzó a rozar el de la dama. Le daba besos en las mejillas, y con precaución acercaba su boca a la de ella, quizás por miedo a ser brusco, querer precipitarse y darse de bruces contra el rechazo.
Así que, tenemos a una dama de pelo color caoba, una dama normal, que no destacaba. No era fea, tampoco guapa, era totalmente normal, al menos hasta que la conocías; y por otra parte, hallamos a un marinero de ojos cambiantes, alto, que encontró algo parecido al amor, en la tormento de los ojos de aquella muchacha, de aquella ilusión, de aquel sueño, de aquella mentira que nunca sería suficientemente real.
II
- Comandante, qué fue de su bella princesa?
- Pues, fue algo curioso, pero se marchó como se van los mejores sueños.
- Y de qué manera se marchan éstos?
- De la misma forma de la que se va, por ejemplo, la infancia; que sabes, por realidad, que ha de marcharse, pero siempre sigue ahí.
- Pero, tan bella era?
- Sí , claro. Era tan bonita por dentro como por fuera.
- La volverás a ver?
- Puede que sí, puede que no, tal vez algún día volvamos a cruzarnos, en alguna luna, en alguna estrella.
- Y nunca en el mar?
- Nosotros los marineros, que conocemos más que nadie las olas, bien sabemos que pocos merecen perderse en estas aguas.
- Pero cómo la vas a encontrar?
- Quizás no necesite encontrarla.
- Vaya, se le veía enamorado.
- Pero, querido bucanero, dónde se ha visto antes que una campesina robe el corazón y coja el timón de la vida de un surca-mares?
- No se ha visto, pero nadie sabe si esas historias han ocurrido o no.
- Por qué no seguimos bebiendo y olvidamos estos dolores?
- Me gusta escribir sobre historias insólitas y curiosas.
- Ves curiosos los recuerdos de los demás?
- No, pero me parece curioso como a veces olvidamos amar por creer en imposibles.
- Pero los imposibles forman la vida no es así?
- Los imposibles, en mi punto de mira, tan sólo son escusas para no sentirnos mal al dejar pasar barcos.
- Maldito caimán, que duro eres de roer, eh?
- Jajajaja, que duro de roer es usted capitán.
- Llámeme Eric
- Como usted diga, Eric.
El capitán le miró con cierto desparpajo y de un momento a otro dijo:
- Sabes.. Su belleza te dejaba mudo. Era ese tipo de mujeres que te miran con tantas ganas de querer quererte.. y además, en sus ojos veías una intriga por descubrir que daba hasta pena..
- Pena?
- Pena por no poder llevarla conmigo para que vea y viva en cada recóndito lugar de este mundo.
- Llévesela consigo pues..
- Si todo fuera tan fácil..
-Nada es tan complicado
- Ni nada tan sencillo..
- Sabe qué creo yo? Que tiene miedo a que pudiera dejarlo todo por esa mujer y así perder todo por lo que se ha esforzado de verdad hasta el día de hoy.
- No lo veo así.
- Pero una cosa es lo que se ve, y otra lo que usted sabe que es.
- Se casó con un campesino de sus tierras , y yo, estoy casado con el mar.
Camy
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