Tuve que parar, ver todo lo que había hecho conmigo misma... Tuve que romper hasta mi forma de ser.
Tuve que perder la calma y la felicidad.
Tuve que tumbarme en el charco que yo misma había provocado, y llena de barro, mirar al cielo.
Crecí a ostias, y luego me las tuve que dar yo a mí misma.
Se apago la luz y sólo veo el túnel negro.
Ahora hay cenizas, muchas. Olor a humo.
Me tuve que alejar de todo y de todos.
Dame tiempo, me volveré a levantar, y sí no encuentro la luz, brillaré yo.
He perdido todo, el rumbo, el camino, el corazón, la cabeza... Pero algo está naciendo, y no se va a frenar.
Dame tiempo, que algo se está construyendo dentro de mí.
Sólo toca, volver a empezar.
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