Sería más fácil si no tuviera que estarme recordando continúamente a mí misma que las elecciones que la mente piensa, por mucha razón que lleven, no son verdaderas. Porque la razón en ciertos casos es la elección del bien, o de lo considerado correcto o mejor, pero válgame el cielo! Y el corazón, dónde queda? En qué lugar se quedan sus sueños... Es difícil encontrar la tregua en tiempos de odio, pero se puede conseguir la paz interna, empezando por aceptar que no siempre lo correcto será lo mejor, ni lo incorrecto lo peor...
A fin de cuentas me gustaría saber qué recordará mi alma.
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