Su cara era el símbolo de la paz inalcanzable.
Perfecto.
Mis dedos se enredaban en su pelo, bajando hasta sus greñas.
Sabía perfectamente que tarde o temprano todo acabaría . . . pero que ese instante, sería infinito.
Tenía que ser todo delicado; deslizaba mis dedos por su cara, pero con cuidado . . por temor a molestarlo.
Su respiración . . tranquila, daba gusto verlo así.
Esos labios carnosos, cómo olvidarlos ? . . . esa nariz perfecta, y esos párpados, que conseguían aislarlo de todo estando cerrados . . . Y lo que debajo escondían . . . Esos ojos que le quitaban trabajo a su boca. . . Esos ojos apacibles, que se clavaban en los míos, mientras mi mirada nerviosa buscaba el brillo perfecto en el cual descansar mi reflejo.
Era casi como un espectáculo , un niño escondido en un disfraz de hombre que intenta forjar su camino , entre humo y alambres de espino.
No quería separarme de él. Pero se me acabó el tiempo.
Encima de la mesa vi un bolígrafo, y un ticket de la compra, escribí un "buenas noches . ." unido al nombre de un sentimiento más grande que el cariño, y más doloroso que el rencor.
Lo puse encima de su almohada, con el fin, de que al despertarse lo viese . . y se acordase de que yo estaría en ese momento, pensando en el.
Me levanté de su lado, le dí un beso cálido en la frente, y fui a la puerta de su casa, la abrí y cerré con todo el sigilo que pude.
El ascensor ya estaba ahí, pero me llamó más la idea de bajar por las escaleras.
La calle estaba vacía. Mientras caminaba buscando . . nada, deseaba que llegase el día en el que no tuviese que irme.
Pasó el tiempo, y tras muchas caídas, aprendí a sonreír detrás de 50grados de alcohol, sábanas revueltas y almohadas mojadas . . Aprendí a vivir.
Ahora sigo Buscando . . Nada
No hay comentarios:
Publicar un comentario