Caminar entre alambres de espino, y que duela menos que tu ausencia y silencio.
Sentir que el corazón se te sale del pecho, y tener menos miedo, que cuando te veo marchar sin girarte.
Observar el vaso vacío, y verlo más lleno que yo.
Pude elegir entre creer o no creer, y me aferré a ese "siempre".
Entendí que se acabó, pero tu no entendiste que una parte de mi, se quedó contigo, y que una parte de lo que soy, es por ti.
No fui por ningún camino, el tiempo se paró en se roce de lenguas perfecto, desde entonces no hay pila que encaje en mi reloj sin "tic-tac".
Vuelo, y siempre en dirección contraria a tu fragancia.
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