Y es así. Todo fue mi culpa. Mi egoísmo, mi rabia, mi egocentrismo, mi frivolidad, mi frialdad en la templanza, mis escudos, mi desconfianza, mis impulsos, mi frustración... todo lo arranqué, todo lo destrocé... que difícil me es cambiar lo que soy desde tiempos inmemorables.. me enseñarón así... y así me perdí. La culpa sigue siendo mía, por no querer verlo, por seguir ciega destruyéndolo todo.
Intenté luchar por una meta
imposible a día de hoy, me caí envuelta en barro, pero una y otra vez me levantaba, por ti, creyendo que lo mejor era no rendirme, no desfallecer...
Cómo asumir, que a veces, sí que es demasiado tarde, y como entender que ya no hay nada en tu mano, que puedas hacer...
El mayor de mis fallos fue, mi mal amor, el querer quererte tanto,y al ver que no podía dártelo, dejar que se corrompiera eso y quererte tan mal.
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