lunes, 21 de abril de 2014

Sí, llueve.

Me perturba la lluvia. No me agrada escucharla caer contra el cristal.

Me retumba en el eco que hace el vacío que queda de una historia que se quedó colgada en el tendedero.

No me gusta escucharla. Es una cuentacuentos nostálgica y estuporosa.

Pero hoy me dice que quiere hacerme compañía para dormir. Quiere que le enseñe mis manías, mis posturas preferidas... Quiere que le enseñe todo aquello que sabe que no podré enseñarte a ti.

Cae rápido y con fuerza.

Es como si supiera que ya no queda tiempo en este momento.

Puedo atreverme a decir, que creo que la lluvia adora nuestra historia. Puede que hasta sea más melodramática que yo.

Creo que ahora mismo también te está haciendo compañía. Creo que te está contando lo que yo le dije sobre mis maneras de vivir durmiendo.

La lluvia se encargará de guardar nuestros sentimientos adolescentes, que dices que son.

Ella guardará los recuerdos de los que ni si quiera no acordamos, y sobre todo guardará aquellos que olvidaremos.

Sigue cayendo y sigue hundiéndome.

Acaba de empaparme, y la he escuchado recordar con tu voz un...

Ya te lo dirá la lluvia, sí es que lo recuerdas.

Lof

- Así q hoy a vuestra merced le apetece ser mía?
Que extraña situación.

- Encantada de ser suya hoy.

- Pero siento tener que declinar la oferta. Si es durante un día no es una posesión.

- Le concedo la aceptación de sus palabras que no suelo tolerar.

- Y he de decirle que no puedo aceptar un acto como este sin que me conste una previa meditación.
La solicitud ha de ser presentada con una semana de antelación.

- Vuestra merced está queriendo decir que no es posible no rechazar mi oferta, porque llego tarde?
O más bien.. Por no haberle hecho saber mi decisión con previa antelación?

- Quizás guste usted, bella dama de saber que los cambios repentinos de opinión me incomodan violentándome.
Dado a que no hallo razón para ellos.

- Me conmueve vuestra perspicacia racional,  pero me sorprende que usted desconozca, caballero, que el encanto de las damas de mi porte, o calaña, se encuentra en la virtud de la atrevida sorpresa.

- Que vuesa merced goce de un agradable descanso.

- No será agradable dado que la ausencia se adueña de mi cama.

- Cuénteme señorita que es lo que añora en su lecho.

- A mi atolontrada cabeza le parece que añora las manos grandes que la aprietan fuerte contra el dueño de ellas.

- Qué manos?

- No sé si usted, vil caballero, sabrá algún día, o conocerá en algún momento las manos que mi cama añora...
Pero si alguna vez, vagando por las sábanas, encuentra en ellas, una mano que cogida a un brazo  ocupa lugar siempre debajo de la almohada, causando nuna incomodidad placentera, ha usted de avisarme rápido porque duele su falta.

- Ha usted de saber que tengo constancia de que esa extremidad corporal también sufre de morriña por usted.

- Por qué debería de creerle?

- Por que su corazón le dicta que lo haga.

- Cree usted sus palabras con certeza?

- Leales acostumbran ser a la realidad.

- Y nunca fallan? Recuerde usted que las palabras son torpes.

- Y pertenecen al hombre
Que es imperfecto
Pero procuran no fallar.

- Y su cama, hombre cuerdo, añora a alguien?

- Mi cama no.El ser que la ocupa sí.

- Y a quién extraña usted, si es posible conocer?

-A una revoltosa mozuela que me da la espalda en el lecho y siempre evita que nuestros rostros estén a la misma altura para no robarme el aliento.

- Vaya vaya, bien cree también conocer a la mozuela, ya que piensa que es por no robarle el aliento a usted, pero se le ha ocurrido pensar, y no es por mal, que quizás sea porque ella no quiere compartir su aire, a la vez que supongo que eso querrá decir que ella es suya, y que si ha compartido lecho con usted es porque le ha dejado pertenecerle durante esa noche sin hacerlo evidente dándole la espalda?

- En caso de q ella fuera mía, su aire también.

- Por qué lo exterior ha de pertenecerle? A caso el corazón respira?

- He de aclarar, recalcando que no es por mal meter, que quizás no hablemos de la misma muchacha

- En efecto,  tiendo a divagar, disculpe mi entrometimiento en su nostalgia.

- Disculpas aceptadas

- Bueno caballero, que su damisela también le extrañe. No iba usted a descansar el cuerpo? Ha tenido un viaje largo.

- En efecto, en estos momentos parto en busca del descanso, donde encarecidamente espero encontrar a mi amada aun que solo sea en el mundo de los sueños para poder abrazarla fuertemente contra mi persona.

-Perdone que me entrometa nuevamenete, pero por qué esperar a su dama, pudiendo ir a buscarla? O es que no puede hacerlo?

- Hallase en lejanos lares, recluida con sus seres cercanos
Y por mas inri carezco de la certeza de que ella este en la búsqueda de mi misma razón.

- Y cuál es la razón que mueve su búsqueda?

- Compartir nuestra realidad.

- La realidad es absurda y atolondrada. Por qué no busca convertir el sueño en vida? Quizás así la halle usted.

- Por algo he dicho NUESTRA realidad

domingo, 20 de abril de 2014

Ña.

- Hola doctor. Dígame, cómo se encuentra?

- Falleció esta mañana.

- Cuál fue la causa de su muerte?

- Se ahogó con su propia sangre.

- Cómo es posible eso si ayer estaba recuperándose ?

- No estoy muy seguro pero creo que se clavó su propia decepción.

- Pero... Qué extraño. No le habían arrebatado las armas al entrar?

- Ya sabe usted como pueden llegar a ser los dolores de corazón señorita.

- Dijo algo?

- Sólo se quejaba mucho del dolor.

- Qué le habrá ocurrido?

- Ni idea. Sé que en algún momento dijo que se equivocó  al enfundar las armas contra quién las quiso usar.

- Vaya... Un caso complicado.

- En efecto.

- Puedo pasar a verla?

- Claro. Aunque está dormida. En breves recobrará el sentido.

- Y recordará algo de lo ocurrido?

- Lo dudo, estas muertes dejan olvido y quizás alguna huella, pero poco visible,  sólo notoria al tacto.

- Llegó sola?

- Sí.

- Bueno, dudo que tenga algo que ver con el asesinato de Hokobish Junior.

- Aunque así fuera, de mucha ayuda no será. No recordará nada ocurrido dos días o tres antes de su muerte. Ese es el tiempo que ha pasado muerta, por lo que también son los días que ha olvidado por completo.

- Pasaré a verla. Gracias doctor por atención.

- De nada madamme.

A ver a ver, por dónde empiezo?

El principio es lo más difícil de escribir. Casi, es más difícil que el final. Así que, por dónde empiezo?

Veamos.. Voy a contaros lo enamoradísima que estoy de ese hombre.

Alto, pelo marrón, ojos marrones, moreno, con hoyuelos y además una sonrisa irresistible.

Yo creo que lo que más me gusta, es su forma de ser. Sí, porque es... Cómo decirlo... Muy simple!  En el sentido de que es gracioso sin interntarlo, y no tiene vergüenza. Es muy divertido verle.

Pero creo que eso es lo mejor de todo. Que al no conocerle, y al dudar que algún día lo vea en persona, lo puedo idealizar a mi gusto. No es que sea lo que quiera, pero ya que puedo,  por qué no hacerlo?

Ay... Que guapo es... Y jugaba al fútbol americano. Pocas cosas hay más atractivas que un hombre que hace deporte. Y más, si hace ese deporte.

Ay... Es que se le ve tan majo y tan payaso... Aish.

En realidad pobres famosos.. Se les quiere tanto por el ideal que hacemos de ellos, y después se quedan sin llegar a la altura la mayoría de las veces.

Pero.. Qué guapo es!

martes, 15 de abril de 2014

Hoy es una mañana triste.

He despertado del revés.  He notado que mi corazón anda destrozando el pecho. Quiere salir. Intenta huír. Dice que las costillas son barrotes que no necesita para su protección. Dice que él es fuerte.

Tozudo patán.

Joder, ¡Qué mierda! Triste y absurda melancolía desquiciada y hecha polvo, déjame dormir, o sal de aquí.

Quizás no debería encajar de una forma tan mala el no poder evitar escribir, y de ese modo el sepa que aunque se haya ido, algo palpita enlazado a él. Quizás puedo verlo como algo inevitable y de la vida. Sí, son cosas que pasan.

Pasa el tiempo y parece mentira que todavía piense, que cuando me mira con sus ojos a contraluz, están diciéndome algo. Qué absurdo es mi sentido femenino supongo. Se guía más por lo que quiere creer, que por lo que de verdad es.

Aunque en realidad, por qué crees que no hablan? Igual dicen mucho, pero nada de mí. Sería lo correcto.

Mas, caigo en la cuenta de que el delirio es algo proponeso en mañanas así, por lo que tal vez hayan venido a visitarme sus pájaros. Sé que les caía bien. Decían que los míos eran tan curiosos
como ellos, y eso les gustaba.

Supongo que los pájaros son más sinceros. No le tienen tanto miedo a quedarse sin plumas.

Hemos volado tan alto, que nuestro engranaje sabe que no seremos capaces de repetirlo. Al menos, del mismo modo.

- Me voy, pero que sepas que te estás autoengañando. Cuando quieras ver la verdad me lo dices.

- Y cuándo volverás?

- Cuando aprendas a que reprimirme no es la salida.