Me perturba la lluvia. No me agrada escucharla caer contra el cristal.
Me retumba en el eco que hace el vacío que queda de una historia que se quedó colgada en el tendedero.
No me gusta escucharla. Es una cuentacuentos nostálgica y estuporosa.
Pero hoy me dice que quiere hacerme compañía para dormir. Quiere que le enseñe mis manías, mis posturas preferidas... Quiere que le enseñe todo aquello que sabe que no podré enseñarte a ti.
Cae rápido y con fuerza.
Es como si supiera que ya no queda tiempo en este momento.
Puedo atreverme a decir, que creo que la lluvia adora nuestra historia. Puede que hasta sea más melodramática que yo.
Creo que ahora mismo también te está haciendo compañía. Creo que te está contando lo que yo le dije sobre mis maneras de vivir durmiendo.
La lluvia se encargará de guardar nuestros sentimientos adolescentes, que dices que son.
Ella guardará los recuerdos de los que ni si quiera no acordamos, y sobre todo guardará aquellos que olvidaremos.
Sigue cayendo y sigue hundiéndome.
Acaba de empaparme, y la he escuchado recordar con tu voz un...
Ya te lo dirá la lluvia, sí es que lo recuerdas.
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