lunes, 21 de abril de 2014

Lof

- Así q hoy a vuestra merced le apetece ser mía?
Que extraña situación.

- Encantada de ser suya hoy.

- Pero siento tener que declinar la oferta. Si es durante un día no es una posesión.

- Le concedo la aceptación de sus palabras que no suelo tolerar.

- Y he de decirle que no puedo aceptar un acto como este sin que me conste una previa meditación.
La solicitud ha de ser presentada con una semana de antelación.

- Vuestra merced está queriendo decir que no es posible no rechazar mi oferta, porque llego tarde?
O más bien.. Por no haberle hecho saber mi decisión con previa antelación?

- Quizás guste usted, bella dama de saber que los cambios repentinos de opinión me incomodan violentándome.
Dado a que no hallo razón para ellos.

- Me conmueve vuestra perspicacia racional,  pero me sorprende que usted desconozca, caballero, que el encanto de las damas de mi porte, o calaña, se encuentra en la virtud de la atrevida sorpresa.

- Que vuesa merced goce de un agradable descanso.

- No será agradable dado que la ausencia se adueña de mi cama.

- Cuénteme señorita que es lo que añora en su lecho.

- A mi atolontrada cabeza le parece que añora las manos grandes que la aprietan fuerte contra el dueño de ellas.

- Qué manos?

- No sé si usted, vil caballero, sabrá algún día, o conocerá en algún momento las manos que mi cama añora...
Pero si alguna vez, vagando por las sábanas, encuentra en ellas, una mano que cogida a un brazo  ocupa lugar siempre debajo de la almohada, causando nuna incomodidad placentera, ha usted de avisarme rápido porque duele su falta.

- Ha usted de saber que tengo constancia de que esa extremidad corporal también sufre de morriña por usted.

- Por qué debería de creerle?

- Por que su corazón le dicta que lo haga.

- Cree usted sus palabras con certeza?

- Leales acostumbran ser a la realidad.

- Y nunca fallan? Recuerde usted que las palabras son torpes.

- Y pertenecen al hombre
Que es imperfecto
Pero procuran no fallar.

- Y su cama, hombre cuerdo, añora a alguien?

- Mi cama no.El ser que la ocupa sí.

- Y a quién extraña usted, si es posible conocer?

-A una revoltosa mozuela que me da la espalda en el lecho y siempre evita que nuestros rostros estén a la misma altura para no robarme el aliento.

- Vaya vaya, bien cree también conocer a la mozuela, ya que piensa que es por no robarle el aliento a usted, pero se le ha ocurrido pensar, y no es por mal, que quizás sea porque ella no quiere compartir su aire, a la vez que supongo que eso querrá decir que ella es suya, y que si ha compartido lecho con usted es porque le ha dejado pertenecerle durante esa noche sin hacerlo evidente dándole la espalda?

- En caso de q ella fuera mía, su aire también.

- Por qué lo exterior ha de pertenecerle? A caso el corazón respira?

- He de aclarar, recalcando que no es por mal meter, que quizás no hablemos de la misma muchacha

- En efecto,  tiendo a divagar, disculpe mi entrometimiento en su nostalgia.

- Disculpas aceptadas

- Bueno caballero, que su damisela también le extrañe. No iba usted a descansar el cuerpo? Ha tenido un viaje largo.

- En efecto, en estos momentos parto en busca del descanso, donde encarecidamente espero encontrar a mi amada aun que solo sea en el mundo de los sueños para poder abrazarla fuertemente contra mi persona.

-Perdone que me entrometa nuevamenete, pero por qué esperar a su dama, pudiendo ir a buscarla? O es que no puede hacerlo?

- Hallase en lejanos lares, recluida con sus seres cercanos
Y por mas inri carezco de la certeza de que ella este en la búsqueda de mi misma razón.

- Y cuál es la razón que mueve su búsqueda?

- Compartir nuestra realidad.

- La realidad es absurda y atolondrada. Por qué no busca convertir el sueño en vida? Quizás así la halle usted.

- Por algo he dicho NUESTRA realidad

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