- Hola doctor. Dígame, cómo se encuentra?
- Falleció esta mañana.
- Cuál fue la causa de su muerte?
- Se ahogó con su propia sangre.
- Cómo es posible eso si ayer estaba recuperándose ?
- No estoy muy seguro pero creo que se clavó su propia decepción.
- Pero... Qué extraño. No le habían arrebatado las armas al entrar?
- Ya sabe usted como pueden llegar a ser los dolores de corazón señorita.
- Dijo algo?
- Sólo se quejaba mucho del dolor.
- Qué le habrá ocurrido?
- Ni idea. Sé que en algún momento dijo que se equivocó al enfundar las armas contra quién las quiso usar.
- Vaya... Un caso complicado.
- En efecto.
- Puedo pasar a verla?
- Claro. Aunque está dormida. En breves recobrará el sentido.
- Y recordará algo de lo ocurrido?
- Lo dudo, estas muertes dejan olvido y quizás alguna huella, pero poco visible, sólo notoria al tacto.
- Llegó sola?
- Sí.
- Bueno, dudo que tenga algo que ver con el asesinato de Hokobish Junior.
- Aunque así fuera, de mucha ayuda no será. No recordará nada ocurrido dos días o tres antes de su muerte. Ese es el tiempo que ha pasado muerta, por lo que también son los días que ha olvidado por completo.
- Pasaré a verla. Gracias doctor por atención.
- De nada madamme.
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