domingo, 20 de abril de 2014

Ña.

- Hola doctor. Dígame, cómo se encuentra?

- Falleció esta mañana.

- Cuál fue la causa de su muerte?

- Se ahogó con su propia sangre.

- Cómo es posible eso si ayer estaba recuperándose ?

- No estoy muy seguro pero creo que se clavó su propia decepción.

- Pero... Qué extraño. No le habían arrebatado las armas al entrar?

- Ya sabe usted como pueden llegar a ser los dolores de corazón señorita.

- Dijo algo?

- Sólo se quejaba mucho del dolor.

- Qué le habrá ocurrido?

- Ni idea. Sé que en algún momento dijo que se equivocó  al enfundar las armas contra quién las quiso usar.

- Vaya... Un caso complicado.

- En efecto.

- Puedo pasar a verla?

- Claro. Aunque está dormida. En breves recobrará el sentido.

- Y recordará algo de lo ocurrido?

- Lo dudo, estas muertes dejan olvido y quizás alguna huella, pero poco visible,  sólo notoria al tacto.

- Llegó sola?

- Sí.

- Bueno, dudo que tenga algo que ver con el asesinato de Hokobish Junior.

- Aunque así fuera, de mucha ayuda no será. No recordará nada ocurrido dos días o tres antes de su muerte. Ese es el tiempo que ha pasado muerta, por lo que también son los días que ha olvidado por completo.

- Pasaré a verla. Gracias doctor por atención.

- De nada madamme.

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