Hay ciertas cosas, pequeños segundos, que por mucho que intentemos dejarlos atrás, ya son nuestros de por vida.. aún incluso cuando ya ni intentamos huir de ellos. Siempre están, y por suerte o desdicha siempre lo estarán.. serán como aquella luz, o aquella estrella especial que todos tenemos en el cielo.
Encontramos pequeñas marcas en nuestras raíces que nos hacen recordar como hemos llegado hasta el minuto de este momento.. y que son, simplemente, maravillosas.
Me gusta ponerme a pensar en algunos momentos en los que las personas de hoy, no eran las de ayer, donde aún no había llegado el cambio que nos aleja. Cuando aún contábamos con los dedos de la mano los días para vernos.
Eran cosas divertidas, ojos que todo lo que fuera descubrir nos llevaba a locuras sin pies ni cabezas, pero que para nosotros tenían todo el sentido del mundo.
A día de hoy, cuando sueño y vuelan imágenes por mi mente.. aún se me cierra el pecho, y suspiro pensando simplemente en qué sería de la vida sin esa morriña de los mejores momentos que a su vez trajeron consigo las peores tempestades.
Qué dolores tan pequeñitos ahora, y tan enormes antaño cuando subíamos a los árboles a escondernos, o cuando hacíamos castillos de arena deseando que no se los llevara el mar.
Son tantas las tonterías que se comenten cuando uno intenta crecer que parece mentira que se hayan realizado de verdad.. pero .. qué importantes y preciosos eran ese tipo de imposibles tan sumamente fáciles.
Buenas noches.
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