De la tierra de mi jardín comenzó a crecer una flor. Una flor que yo miraba desde todos los ángulos, extrañada... " quién habrá plantado esto aquí?" pero no me preocupé hasta que día tras días aparecían más flores! Al poco tiempo, ya tenía todo un jardín! " pero, pero.... Qué está pasando? Has sido tu verdad!? ( dirigiéndome a mi árbol) tu has plantado esto aquí de alguna manera..." pero como siempre, nunca me contestaba. No me quedó otra que cuidarlas. Eran tantas.. Tantísimas... Que todos los días pasaba más horas con ellas... Si te llegara a contar que me enamoré de las flores..
Un día no me preocupé de ellas, y ni tan si quiera las regué.
Al día siguiente, ellas seguían creciendo... " si ellas supieran, si ellas adivinaran..." de pronto me fijé en que es cierto que seguían todas y cada una, pero no habían más.
Me di cuenta de que una hierba venenosa había nacido, fui corriendo a quitarla, parecía que ya no estaba.. Pero seguían habiendo menos, y menos! " no! Esto no funcia así!" de repente, temí por mi árbol, al que tanto mal he hecho sin querer, y no me ha abandonado.
" tranquilas flores! No pasa nada" les decía yo, "no os preocupéis" les mentía, " todo está en orden". Hasta que no pude más, y a las que quedaban les conté que el día que no las cuidé, una hierba venenosa se fue extendiendo y que no supe como quitarla... De pronto vi como las raíces de las flores hacían desaparecer a la hierba venenosa. "Si os lo hubiera dicho antes..."
Las flores fueron desapareciendo una a una, comiéndose unas a otras, estaban locas... Hasta que a una de las dos últimas la protegí con un cristal a su alrededor... " yo te cuidaré"
Creo que nunca había cuidado tanto de una flor.
Hubo uno de esos días en los que mi árbol quiso conocerla porque no entendía que tenía esta flor de especial, y cuando le quite la protección de cristal, ésta flor se comió parte de mi árbol y se esfumó.
Qué dolor!" Mi árbol no!!! Cómeme a mi no a ni árbol..." ya no fui capaz de volver a casa. Esa noche , y las cuatro siguientes no pude levantarme del lado de mi árbol... A veces reía con él, otras lloraba, otras simplemente dormía.. Él me seguía cuidando, pero iba haciéndose pequeño... Iba muriéndose.
Recuerdo que fue horrible para mí. Cuando ya estaba a ras de suelo, me tumbé encima de él:
- Lo siento.
- No te preocupes ya lo sé, yo también.
Y desapareció. Era la primera y la última vez que me hablaba. Después de pegarle con rabia al suelo, decidí irme y nunca volver a ese jardín. Cuando estaba entrando en casa, algo me enganchó el pantalón y no era capaz de seguir andando, cuando miré al suelo, vi raíces con espinas enrredadas en mi tobillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario