lunes, 16 de noviembre de 2015

Stand by me

Cuéntales que no, que no fuimos lo que pensábamos llegar a ser. 

Que aquel sosiego que sentíamos al abrazarnos, no era más que simplemente algo que.. bueno, a día de hoy, no sé explicar. Al igual que lo rápido que se aceleraba mi corazón al sentir tus labios aproximarse. 

Te cuento, que lancé promesas distraídas, y sin querer, mirando al cielo, y prometiendo que te cuidaría. Que hoy he vuelto a mirar el calendario y pensaba que el tiempo que había pasado era mucho mayor, y el darme cuenta que va tan sumamente lento, me ha hecho replantearme ciertas cosas. 

Parece que fuera ayer cuando descubriste lágrimas en mis ojos cuando escuchaba una canción, y me hiciste muecas... ¡Qué desprevenida fui!dejarte ver tan pronto lo rápido que me emociono.. y tan si quiera pensé que fueras a estar mirándome. 

Parece que fue ayer cuando di mil y una vueltas en tu sofá buscando la postura adecuada, intentando dormir, porque soñar, en ese momento, probablemente no fuera necesario. 

Parece que el tiempo se paró en el primer abrazo que me diste, intenso y fugaz, quién diría que sería el primero de tantos, y quién diría hoy, que alguna vez nuestra piel se rozó.

" Alguien fuerte elige su destino", y tu no le dejaste al azar aquel trozo de papel rosa. 

Y me mirabas, tus ojos hablaban por ti, y hasta hace poco seguían comentando , hasta que dejé de ver tu mirada en ellos, y sólo vi el reflejo de otros ojos. 

Como pasa el tiempo, y qué poco cambian los sentimientos. He descubierto tantas cosas de mí que desconocía, y te reirías tanto de ellas... pero ya fue suficiente.

Parece que fue ayer, cuando me enfadé tanto por abrir los ojos y ver lo que en realidad fue todo, cualquier diría que nunca nos llegamos a importar. Mira que me dolió el propio dolor que yo causé, y el mismo que me provoqué al no haber querido ver, al haber querido creer, tener fe, que en realidad detrás de tu mirada distraída y esquiva, había algo más. Que no, que no había. Desde luego que no. 

Me tragué el orgullo, porque los sentimientos valen más que eso. 

Y aquí me hallo, tirándole flores a un ego que no me importa, y echando de menos un corazón que latía tan diferente al mío.

Parece que fue ayer, cuando le rogué a Dios que indiferentemente de si eras, o no fueras, que te dejara conmigo, y que sobre todo te cuidara... y qué bien te está cuidando! 

Cuéntales... Bueno, mejor, no. No les cuentes nada. Te contaré yo a ti.... que.. en fin.


 












No hay comentarios:

Publicar un comentario