viernes, 12 de septiembre de 2014

Noches de marfil

La Noches de marfil en una cárcel de color castaño con un cielo de cristal y una nube azul. Cabelleras de toboganes ondulados y besos al aire   se suspiran. Brazaletes de uñas clavadas y margaritas marchitas de bebidas malditas. Errores fallidos y corazones perjudicados con una pizca de sal y un toque de criptonita.
Besos que no existen en realidades baratas, ni en barras de bar, ni en almohadas destempladas. Mariposas voladoras que escavan con sus alas pequeños fosos llenos de nada. Nadas sedientas de alas rotas y virus pedantes.
Esperamos ansiosos el amanecer, gritando al alba que nuestras caídas no sean en vano. Pestañas largas cómo caminos rectos y bifurcaciones vestidas de rimel. Largas faldas de cortas locuras mientras faldas al vuelo descubren sus secretos. 
Caras desconocidas de leones maltrechos.

Pupilas obnubiladas de cuerdas flojas y funambulistas con chepa. Preciosas bocas escupiendo tonterías y canciones locas que no dicen más que estupideces incoherentes.

Pitidos de oídos sordos que sueñan con que el día no crezca y la mañana no caiga. Soles padeciendo hambruna y lenguas devorando sesos. Pequeños movimientos danzantes que buscan autoestima en ojos agenos. Pieles brillando, sudores palpitando.

Pequeñas delicias de los mares pequeños, aunque, sin embargo, hoy el mar estaba en niebla y en el cielo no quedaban estrellas.

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