El otro día vi a Furia Negra hablando con alguien. Con alguien conocido, pero casi imperceptible. Le estaba acariciando la tripa. Cuando me acerqué más me di cuenta de quien era, y estaba traslúcido. Fui corriendo a abrazar de alegría a esa especie de aire móvil, y ya no podía agarrarlo. No sabes bien que alivio sentí . Furia Negra me miraba intrigada, " y esta por qué salta", estaría pensando.
- Furia Furia!!! Ya estoy casi curada!!- Le dije mientras traspasaba el aire y le daba un abrazo a ese bicho feo grande. Furia Negra me lamía y me levantaba con sus patas, me agitaba, supongo que no sabía a que se debía tanta alegría pero le gustaba y disfrutaba conmigo. De repente, se escuchó muy bajito, casi como un susurro, un " zorra". Me había olvidado de la figura traslúcida, o de su aire, como quieras llamarlo. Yo creo que, exagerando bastante, se parece a una de las mujeres que contrataron los servicios del chico de la peli de Gigolo, esa que no podía controlar lo que decía. Le miré fijamente y mientras él miraba a otra parte apretando los puños, pero con el corazón ensanchado,se le notaba... estaría mirando su luz.
Le dije a Furia que me soltará, y así hizo. Bajé, me puse delante de él, me miró y le dije: - ¿Sabes qué? - Seguía mirándome. - Estoy casi curada de ti. - Le dije sonriendo. Él me dio la espalda y volviendo de donde siempre viene, giro la cabeza hacia su lado derecho, y me dijo: - y eso? Cuánto te duele?
Y se esfumó.
- ¡No sabes nada! - Me quedé gritándole. Y me acurruqué al lado de Furia Negra repitiendo en voz baja, - No sabes nada.
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