No me gustan los puntos débiles, aunque esté enamorada de ellos. Son tan frágiles, fugaces, y pequeños. Increíbles. Es como un jabón de barra que empieza a escurrirse por las manos mojadas, que tienes que ir bajando con el, intentando cogerlo, hasta que normalmente llega al suelo de la bañera y quién se ha pegado la leche has sido tu, pero una vez la coges dices "jódete, ya te tengo" y esbozas una gran sonrisa, y sales triunfante de la ducha por tu gran hazaña. Cómo algo que te provoca hostias, te puede hacer sonreír? Jajajaja.. quién sabe.. que delirios más exquisitos esconde la vida.
Sin embargo, siguen sin gustarme los puntos débiles. Es como la cenicienta, y sus hermanastras. Cómo iban a entender las hermanastras que una cosa tan sencilla, tan pequeña, tan escurridiza y escuálida, iba a dejarlas sin su afán de riqueza, iba a conseguir a su gran capricho.... cómo algo así sería el punto débil del príncipe?... ellas veían eso, que esa persona no valía nada, probablemente provocado en parte por la madrastra. El príncipe probablemente vería más allá, quién sabe .. cuántas cenicientas habrán sin final feliz en el mundo.
Ay los puntos débiles.. tan inofensivos, implacables y quisquillosos. Como una adicción. Tan minúsculos como un granito de arena, y tan grandes a la vez, como un oceáno. Diamantes en bruto que con barro parecen piedras.
Al fin y al cabo, supongo que son como los tacones. Cosos que te duelen pero que te pones una y otra vez. Que te hacen más alta, más grande, piernas más largas, cumples estéreotipos, y quizás te hacen más deseable, pero que sólo son envoltorios, lo que de verdad importa, es como sufres llevándolos puestos, y la sonrisa y el alivio que sientes al quitártelos. Ese alivio, que sólo ellos te dan.
A veces los puntos débiles respiran. Y lo único que deseas es que continúe la cuenta atrás, que el tiempo pase, para poder volver a sentirla cerca.
Lo que te duelen esos puntos débiles, pero lo poco humano que seríamos sin ellos, sin perdiciones. Porque otras veces, esos puntos débiles hablan, y con palabras contadas, crean sensaciones en ti, que no se pueden igualar a nada. Salvación, en el infierno.
Pero aún así no me gustan. Que quede claro. Como bien dice ya su nombre, te hacen débil, y maleable. Manipulable y frágil. Aunque me vuelva loca.
Anda! Ahora acabo de entender Hancoock. Para los que la hayan visto. Esos puntos débiles, nos hacen mortales y dejan de hacernos destructivos al tenerlos cerca, nos arrebatan nuestro poder, pero nos dan satisfacción plena y felicidad completa. Vivir como mortales y morir con un sentimiento eterno. O vivir con miedo a que ese sentimiento te destruya?
Miedo a morir por algo tan real y terrenal, que te lleva al cielo de todas las formas posibles.
Sea como sea, son... increibledición, y yo soy demasiado desastre.
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